lunes, 26 de marzo de 2012

Alfonso Chase, una leyenda de la literatura costarricense

Don Alfonso Chase rompió su propio miedo a la muerte por causa de su enfermedad y se atrevió a levantarse, cargado de positivismo, de su aire irreverente, de su autenticidad y amor por las letras.

Esta leyenda de la literatura que dio sus primeros pasos en 1966 con su primer libro “Los reinos de mi mundo”, ha sido merecedor de numerosos reconocimientos por su trabajo en novela, cuento, poesía y ensayo e incluso recibió el máximo galardón como lo es el premio Magón, por su labor de toda una vida.

Don Alfonso Chase nos recibió en su casa para compartir con nosotros una parte de su historia.

¿Qué nos puede decir de su papel como gestor popular que le traiga más gratas memorias?

Es como el cuento de don Quijote contra los molinos de viento, vine a nacer en un país en el que ser gestor popular significa una lucha constante contra un medio y un sistema, en el que la cultura forma parte de la quinta prioridad que tiene la gente.

¿Y considera que esto ha cambiado?

Sí, claro que ha cambiado, no por mi labor, si no por la revaloración que hicimos de la vida de otras personas y de sus obras que apostaron montones desde el principio del siglo, como Brenes Mesén, José Joaquín García Monge y hasta los más nuevos creadores narrativos y poetas.

La Editorial Costa Rica nació en 1959, ¿si usted tuviera que compararla con lo que fue en sus inicios y lo que es ahora que diferencias podría mencionar?

En realidad ninguna, pues siempre ha tenido una vida anacrónica clásica, no tenía claro cómo deshacerse de los libros ya fuera regalándolos, donándolos o vendiéndolos.

No tuvo una política de venta porque nació atada a las locuras de la contraloría de esa época, esto comenzó a cambiar hasta finales de los años noventa cuando llegó Habib Succar y creó un departamento de ventas.

¿Y qué pasaba con la obra de los escritores?
Bueno se tenía a grandes vendedores como José León Sánchez y Johnny Fernández pero nunca tuvo la editorial un departamento de ventas, porque nació para divulgar la obra pero siempre terminaba con un montoncillo de libros guardados al no saber a quién dárselos, pues debemos aceptar que la población de Costa Rica no es hábilmente lectora.

Y esto prosiguió hasta que José León inventará la venta al sector de los maestros y empleados públicos, acción que tuvo mucho éxito

Mirar con inocencia se refiere a usted mismo como personaje de su propia historia, siendo una persona gay en una sociedad donde haber sido gay en ese tiempo fue muy duro y se tuvo que enfrentar a muchas dificultades ¿Qué siente usted que quedó del Alfonso Chase de esa época?

Uno elabora lo que se llama la estrategia de la araña, la lógica del insecto como sobrevivir en una ciudad como la nuestra y en una sociedad tan poco amable sobre el tema y más siendo escritor.

¿Don Alfonso cómo descubrió su vocación como escritor, hubo alguien que lo impulsara?
La soledad del niño de ventana, cuando vivía en Golfito frente a la bahía, deseaba escribir sobre lo que no estaba viendo pero podía inventar.

¿Cuándo empezó a escribir tenía en mente algún modelo literario?

Mi papá tenía un modelo que me heredó, el escritor estadounidense Jack London.

¿A parte de él tiene alguna otra influencia?


Miguel Ángel Asturias con leyendas de Guatemala, es lo que más me impregnó entre los 15 y 16 años. Además Julio Verne por supuesto y libros fundamentales que la mayoría han olvidado como: los Miserables de Víctor Hugo, quien era la figura más importante y simbólica del siglo XIX.

Y el primer escritor de vanguardia que leí fue Julio Cortázar, con su primer libro de cuentos.

¿Actualmente Costa Rica sigue aplicando las mismas políticas culturales?


No ni siquiera políticas que puedan estar sujetas a una visión liberacionista, por ejemplo la de don Alberto Cañas que en su época todos seguimos, a diferencia de la que existe actualmente que es una cultura de entretenimiento.

¿En qué se inspira don Alfonso Chase hoy?


En el pasado, el presente y el futuro y aunque el futuro para mi fuera la muerte, es el futuro.

¿Sigue escribiendo con la misma frecuencia con la que lo hacía antes?
Amar quiere decir escribir, de pronto escribo con mucha más lentitud y sin compartirla las cosas con personas, yo creo que tengo dos libros de poesía trabajados y bien planteados pero no me interesa publicarlos, lo que me interesa es tener la facultad de escribir, de hablar, de pensar.

¿Intelectualmente la carrera de don Alfonso Chase, ha sido continua o se puede dividir en partes? ¿Cuáles son?

Es continuo porque en primer lugar no es una carrera, en segundo es un solo libro en el que he tratado de escribir la historia de los demás y la de mi propia vida.

¿Qué falta para que en este país la cultura tenga el lugar que necesita y merece?


Ser culto, si usted es culto no puede ser ministro de cultura

¿Qué significa para usted ser culto?

Tener una visión planetaria, no sólo de segmentos, la cultura en si es un proceso totalmente planetario que abarca todas las facetas culturales y renacentistas. El único espacio donde no puede haber democracia es la cultura.

¿Qué piensa don Alfonso Chase de los últimos premios Magón?

Pienso que están dados de acuerdo con las reglas que determinan que es un premio Magon en el siglo XXI, lo que ha provocado un cambió en el sentido de lo que se considera una obra literaria, yo ni siquiera lo llamo así, ya Magón pasó, debería llamarse García Monge, Rodrigo Facio o lo que fuera.

Ahora muy astutamente los reformadores de los Premios Nacionales buscan crear dos secciones que son: el Magon y el premio Emilia Prieto, así resuelven un problema de una cultura audiovisual y la tradicional ideológica.

¿Está de acuerdo usted con eso?

Por supuesto que no, porque yo inicié eso con Carlos Luis Fallas y Hernán Peralta, pero en eso había una cosa muy importante éramos cuatro los que votábamos y Carlos Luis Fallas estaba enfermo de cáncer y el hecho que se les diera fue que ambos estaban en igualdad de condiciones

¿Qué piensa sobre el nuevo centro para las artes literarias Carmen Naranjo?

Bueno yo creo que se lo sacaron de la manga, el punto no es el hecho de poner una placa sino que se transforme en una labor continúa.

Además lo más grande que hizo Carmen en su época fue crear el Colegio de Costa Rica, y con la acción de trasladarlo a la Estación del Atlántico lo que provocan es segmentar más los aspectos de las artes interpretativas, el problema es muy complejo y merecería ser discutido por la clase pensante si la hay.

¿Qué les aconseja a los nuevos escritores que están surgiendo, intentando hacer de su obra literaria una que trascienda?
Que conciban el arte y la cultura como un proceso histórico personal y colectivo, donde cada uno aporta lo que le corresponde.

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